El LiFi no es el nuevo WiFi

Desde hace ya unos años venimos hablando de LiFi, un concepto de transmisión inalámbrica basada en haces de luz. La pasada semana se hizo la primera prueba seria de campo y los resultados fueron espectaculares, nada menos que 8 Gbps de transferencia en entorno de laboratorio.

La idea es sencilla y llevamos años usándola. ¿Recordáis el código morse? En el ambiente marítimo hasta hace relativamente poco tiempo algunas de las comunicaciones se hacían utilizando este sistema (seguro que lo sabéis de las películas), ¿y si las comunicaciones por radio se estropean? No pasa nada, tenemos un potente foco en proa que tapándolo y destapándolo vamos consiguiendo las señales de punto y raya. Si lo llevamos a nuestra sala y subimos la frecuencia de estas comunicaciones, imaginemos ahora una bombilla en el techo de una sala parpadeando tan rápido que no es apreciable al ojo humano, podemos disponer de un fotosensor que vaya detectando esos puntos y rayas (aquí 1 o 0) de la comunicación. Esta es la base del LiFi.Si nos vamos a su base, esta transmisión es lo que ocurre cuando a la conexión de fibra óptica (emisor y receptor ópticos) le quitamos el cable.

Las conexiones ópticas se realizan con LEDs en sus versiones más económicas y láser para las gamas altas. Si quitamos el cable de en medio, la opción de usar un láser desaparece, el haz de luz queda concentrado con esta clase de emisores y sería muy difícil acertar “el tiro”. Quitemos entonces esta opción, nos quedamos con los LEDs, mayor dispersión del haz de luz y además lo que en la fibra óptica es un problema, aquí resultara una ventaja, el LED es muy direccional, será fácil alumbrar el sensor receptor para que la señal no se interrumpa y además abaratamos costes del emisor.

Las clásicas cuestiones

Muchos usuarios de la red denotaban su preocupación ante la contaminación lumínica de este tipo de conexiones. ¿Qué pasa si quiero seguir navegando con la luz apagada? No hemos hablado de la superposición de señales. Puedo disponer de fotosensores sensibles a diferentes colores, e incluso del rango infrarrojo o del ultravioleta. Estos rangos no son visibles por el ser humano, por lo que la comunicación podría mantenerse incluso con las luces apagadas (desde nuestra percepción).

¿Únicamente tengo un canal de comunicación? no, puedo disponer de más de un sensor, cada uno sensible a un color diferente, cuantos más colores sea capaz de diferenciar más canales de comunicación tendré y mayor será la tasa de bits que lograré.

¿Entonces de qué color será la luz? Si emitimos en un rango visible y usamos un abanico de colores que cubra el espectro, será blanca, recuerda que es el resultado de sumar luz de todos los colores.

¿El LiFi será capaz de sustituir el Wifi? No es su intención. Este nuevo protocolo por luz es perfecto para comunicaciones privadas, necesitas estar bajo la “bombilla” para poder recibir la señal, piratear la señal tras una pared es físicamente imposible, la luz no atraviesa muros.

Su mayor ventaja, la privacidad se convierte también en una desventaja. ¿Y si queremos movernos por la habitación? Es difícil lograr un sistema de luces que me permita seguir recibiendo la señal correcta mientras paseo. Por otro lado, me obliga a sujetar el dispositivo de una forma concreta, imaginemos que estamos con una tablet, y se coloca el sensor en la parte delantera, necesitaremos entonces utilizarlo horizontalmente y hay pocas cosas que nos gusten más que estar en el sofá al finalizar la jornada revisando nuestras redes sociales, además en posiciones imposibles. La comunicación se complicaría.

Este tipo de soluciones son geniales, pero tienen un ámbito de aplicación y normalmente no será nuestro hogar.

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